Otra semana, otro capítulo de The Walking Dead, esta vez dedicado a Daryl y Beth únicamente. Cómo lleva siendo costumbre en esta segunda parte de la temporada, vemos a los protagonistas intentando sobrevivir después de lo sucedido en la cárcel con el Gobernador. Y si de momento tuvimos algunos capítulos mejores que otros, el de esta semana esta claramente por debajo de la media de la temporada. Eso se debe probablemente al hecho de centrar el capítulo en 2 personajes, y a pesar de que uno de ellos era Daryl Dixon hay que reconocer que el capítulo sufrió de una cierta lentitud a la que nos hemos acostumbrado en esta segunda parte. No es que esté en contra de que veamos a los protagonistas seguir en adelante y sobrevivir en ese mundo dónde cualquier cosa puede pasar y dónde tienen que estar atento a cualquier movimiento.
Pero el problema es que no es nada fácil tener en aliento durante más de 40 minutos a los espectadores si solo ves a dos protagonistas durante todo ese tiempo, y sí dichos protagonistas no parecen llevarse bien entre el uno y el otro. Porque eso es lo que tuvimos durante todo este episodio, una gran tensión entre Daryl y Beth y que ambos se hayan encaprichado en sus pensamientos. Durante buena parte del capítulo, Beth no paró de buscar alcohol porque nunca había bebido una gota en su vida, y para ello no cesó de poner su propia vida en peligro por ese capricho. Mientras tanto, Daryl sigue negado a la realidad y parece haber dado unos pasos atrás y ser el que conocimos en la primera temporada, ese personaje algo cerrado sobre sí mismo al que no le importaba nadie y veía a Beth como una carga que estaba a punto de morir.
Por lo tanto, uno puede pensar que mucho ocurrió durante ese capítulo pero en realidad el capítulo podría haberse resumido en los 5 primeros y 10 últimos minutos. Esos momentos mostraron a la perfección esa tensión reinante entre los protagonistas de esta semana, pero al mismo tiempo muestra un sentimiento compartido entre todos los supervivientes, dónde muchos de ellos han caído en una especie de desesperación y de abandono de toda posibilidad de que las cosas mejoren. Pero, Beth, harta del comportamiento de Daryl, le echó a la cara sus pensamientos, y la sensación que tiene de que no le importaba nada los demás, sobre su cambio radical de persona. Enfadado también contra Beth, por transformarse en un robot insensible que parece haberse deshecho de todo sentimientos, vimos como se siente culpable de haber hecho algo más para impedir la muerte de Hershel y dejar de buscar el Gobernador para eliminarlo antes de que hiciese una locura. A parte de ese enfrentamiento que permitió aclarar un poco las cosas y que ambos pudiesen soltar un poco su rabia, también fue algo interesante la conversación al final del capítulo y la metáfora que representa el quemar la casa (lugar parecido al que pasó mucha de su juventud Daryl) acompañado de una canción más que adecuada. Después de ese capítulo, parece que esa etapa será casi un pasaje obligatorio para todos los protagonistas hasta el reencuentro que todo apunta será al final de la temporada, a menos que los escritores se hayan atrevido a alargarlo hasta la siguiente temporada.
A lo largo de los capítulos que quedan, parece que la fórmula no cambiará, pero espero que el capítulo de esta semana sea único en cuánto al número de protagonistas presentes y el lento avance que mostró. Porque lo que permitió a otros capítulos funcionar y incluso ser buenos, es la posibilidad de cambiar de un grupo a otro y permitirnos cambiar de ambiente pero también hacer que las cosas avancen más rápidamente para todos los grupos. Ya tenemos a dos de ellos (Rick/Michonne y Carol/Tyrese) de camino hacia un lugar seguro, ahora solo falta el resto. Y así será la semana que viene, dónde acompañaremos el grupo de Maggie y otra vez el dúo Daryl/Beth que parecen estar en gran lío al estar escasos de municiones y rodeados de walkers. Y visto el trailer promocional de ese capítulo, todo apunta a que será más interesante que el de esta semana. No es fácil lograr dar al público siempre capítulos buenos semana tras semana, y The Walking Dead no es una excepción, pero aquello no quiere decir que el resto de la temporada haya sido mala, todo lo contrario.
- Lo mejor de esta semana: ver a Daryl matar una serpiente y luego descuartizarla para comerla.
- Lo peor (aparte del capítulo en sí): Daryl fallar, y dejar escapar una ardilla que quizás hubiera sido mucho más apetitoso que la serpiente.