La crónica contiene spoilers sobre los hechos ocurridos en este capítulo, si no quieren saber lo que ha pasado eviten leer la crónica hasta que habéis visto el capítulo.
Esta semana seguimos a Carol, Tyreese y las dos hermanas (Lizzie y Mika) quienes habíamos despedido hace unos capítulos siguiendo el camino del ferrocarril para llegar a Terminus. En este capítulo veremos como encuentran refugio en una casa abandonada en el medio del bosque y poco a poco se acostumbran a esa nueva rutina tranquila. Aunque esa rutina estará alterada por el comportamiento alocado de Lizzie. Y en el que otra vez más, se desvelarán más cosas, aunque casi todas ya se podían intuir desde hace tiempo. Por lo tanto, tenemos otro capítulo dedicado únicamente a un solo grupo con el final de la temporada que se acerca. Tan solo faltan dos capítulos antes de decir adiós a la cuarta temporada.
La misma rutina
Otra semana más vemos las aventuras de uno de los grupos intentando llegar a Terminus, y otra vez más, el ritmo estaba marcado por su lentitud y bastante aburrido. Aunque los últimos minutos lograron borrar el resto del capítulo dejando una sensación de sorpresa e incredulidad. Pero para llegar a esos últimos minutos, la serie profundizó una vez más en las relaciones entre los personajes y principalmente los de Lizzie y Mika. Aunque estas dos son hermanas, no podrían ser más diferentes. Lizzie, la hermana mayor, es mucho más valiente que Mika y es capaz de protegerse por sí sola pero tiene un problema grave. No es capaz de asimilar que los walkers ya no son seres vivos y que su única intención acerca de los vivos es comerlos. En cuanto a Mika, es igual que Sophia (la hija de Carol), muy buena persona pero incapaz de defenderse. La gran diferencia entre ella y su hermana mayor es que Mika sí se da cuenta de la amenaza que representan los walkers.
Algo no está bien
Buena parte del capítulo estaba centrado en las hermanas, aunque principalmente en Lizzie. Su comportamiento es cada vez más irregular, primero pidió a Tyreese no matar el walker que estaba atrapado en el camino de ferrocarril y luego la cosa empeoró cada vez que alguien mataba a un walker, sobre todo el que mató Carol. Ese comportamiento anormal ya se veía en la cárcel, cuando con su hermana jugaba a darle un nombre a los walkers. Y en este capítulo vemos por fin que sí era ella quien les daba ratas para comer. Lizzie es incapaz de ver que no son amigos, tan solo seres muertos con ganas de comer a seres vivos. Aparte de eso, todo parecía tranquilo en esa casa, incluso a pesar de la pequeña invasión de walkers quemados que parecían venir del fuego que se veía a lo lejos. Pero el capítulo tuvo un giro totalmente opuesto y casi impensable (para los que no leen el cómic por lo menos), y es cuando Carol y Tyreese vuelven después de buscar comida y se encuentran con Lizzie con las manos en sangre y Mika tendida en el suelo muerta. La había matado para mostrarle a Carol que ella tenía razón y que por ello no había tocado el cerebro de su hermana. Y menos mal que Carol y Tyreese llegaron a tiempo, ya que Lizzie dijo que estaba a punto de hacer lo mismo con Judith.
Si eso no fuera poco en cuanto a nivel emocional, la serie nos pegó un segundo golpe en la cabeza con la escena que siguió, con Carol llevando a Lizzie afuera y pegándole un tiro en la cabeza. No sin antes intentar consolar a la pobre pequeña, metiéndose en la piel de Mika. Primero con la explicación del fuego, y luego aconsejándola a que mirara las flores para tranquilizarla como lo vimos antes en el capítulo entre Mika y Lizzie. Aquello parecía inevitable, porque como bien dijeron Carol y Tyreese, no podían dejar a Lizzie vivir bajo el mismo techo que Judith, siendo una amenaza permanente. El primer plan que tenían era separarse en dos grupos pero lo probable era que acabaran todos muertos. Por lo tanto, la otra opción viable era matarla. Segundo shock. Y como no podía ser, la serie nos dejaba lo mejor para el final. Carol y Tyreese estaban también en un estado de shock emocional después de lo ocurrido, y Carol no encontró mejor momento que confesar su asesinato de Karen. Dándole una pistola por si quería vengarse, y todo apuntaba a que Tyreese iba a matarla, visto su reacción hacia Rick cuando descubrió los cuerpos quemados. Pero no ha sido así, Tyreese la perdonó. A pesar de seguir teniendo pesadillas sobre la muerte de Karen.
Un capítulo con un ritmo lento, pero que no paró de echarnos a la cara momentos intensos emocionalmente y además seguidos uno tras otro, sin dejarnos el tiempo de asimilar lo ocurrido minutos antes. En este caso, la primera parte del capítulo sirvió muy bien su introducción a lo que iba a pasar en el final y nos dejó boquiabiertos con tantas sorpresas. No hubo muchos walkers en el capítulo pero no deja de ser un buen capítulo porque el capítulo de esta semana «The Grove» demuestra lo que es capaz de hacer The Walking Dead a nivel de relación entre los protagonistas y como actúan ante situaciones nuevas, que solo se dan en un mundo apocalíptico lleno de muertos vivientes. Es cierto que la historia en sí no ha avanzado nada, pero a veces se necesitan capítulos como el de esta semana para que la historia de los personajes vayan adelante y no se queden estancados en la misma persona que eran cuando llegaron en la serie, como prueba de ello es la transformación de Carol desde la primera temporada hasta el capítulo de hoy.