La crítica que sigue no contiene ningún spoiler que no se haya visto en los traílers difundidos antes del estreno. Aparte del sinopsis, que se puede leer en cualquier parte, no desvelo nada de la trama de la película y por lo tanto no encontraréis ningún momento clave que os pueda arruinar la sorpresa. Podéis leer mi crítica sin riesgo ninguno si aún no habéis visto la película.
Sinopsis de Star Wars: El despertar de la Fuerza
Treinta años han pasado desde la derrota del Imperio Galáctico, pero una nueva amenaza surgió de la mano del Primer Orden que quiere volver a gobernar la galaxia. Ante esa nueva amenaza y el resurgir del Lado Oscuro por parte de Kylo Ren, que está al servicio del Primer Orden, la única esperanza de la Resistencia es encontrar a Luke Skywalker. Un Luke que lleva años escondido en un lugar que todos desconocen y es quizás la clave para devolver la balanza entre el bien y el mal. Poe, piloto de la Resistencia, encuentra parte de un mapa que indica el lugar dónde se puede encontrar a Luke pero es capturado por Kylo Ren, aunque tuvo suficiente tiempo para esconder el mapa en el robot BB-8 que se escapa y se encuentra con Rey, una chatarrera que vive en el desierto. Con su ayuda, y la de Finn, un Stormtrooper que salva a Poe de una muerte segura, intentarán devolver BB-8 a la Resistencia. Sin antes meterse en varias situaciones complicadas.
Ficha técnica
Fecha de estreno : 18 de diciembre 2015
Duración: 2 horas y 15 minutos
Presupuesto: 200 millones de $
Director: J.J. Abrams
Reparto: Harrison Ford (Han Solo), Mark Hamill (Luke Skywalker), Carrie Fisher (Princesa Leia), Adam Driver (Kylo Ren), Daisy Ridley (Rey), John Boyega (Finn), Oscar Isaac (Poe Dameron), Lupita Nyong’o (Maz Kanata), Domhnall Gleeson (General Hux), Gwendoline Christie (Capitán Phasma)
I have a bad feeling about this
Cuando Disney compró Lucasfilm todos los fans de la saga estábamos a la espera de ver qué es lo que nos iban a sacar con Star Wars, sobre todo después de la desastrosa segunda trilogía de George Lucas que destruyó de cierta manera su propio legado. Que el propio Lucas se apartara fue un primer paso positivo, y el segundo fue la elección de J.J. Abrams. Quizás uno de los directores/productores que mejor domina el mundo de la ciencia ficción. Pero claro, una cosa es lo que hay en el papel y otra es el resultado final.
Con la idea de prepararme para esta séptima película, decidí verme las 6 anteriores, que llevaba fácilmente 20 años sin ver o ni siquiera había visto (caso de los episodios I a III). Cuando empecé a ver Star Wars: A New Hope me parecía que estaba haciendo un viaje en el tiempo, recordándome por qué me había gustado tanto esta saga cuando era pequeño y me preguntaba por qué no la había vuelto a ver en tanto tiempo. Con las 6 películas en mente llegue a la sala con la única esperanza de que la nueva fuese más parecida a la vieja trilogía que a la nueva. No más Jar Jar Binks. Y así fue, nada más ver el nombre Star Wars la sala soltó un gran aplauso. Se notaba que no era el único que deseaba una nueva entrega de una galaxia muy lejana.
May the Force be with you
Pasaron los primeros minutos y ya conocimos a los nuevos protagonistas (buenos y malos) y J.J. Abrams ya nos había metido de lleno en la película. Parecía que habíamos vuelto 38 años atrás pero con la tecnología del 2015. No tuvimos que esperar mucho tiempo para ver la fuerza del lado oscuro de Kylo Ren y por lo tanto el relevo de Darth Vader como némesis de la nueva trilogía. La apuesta hubiera sido demasiado osada si en ella no se hubiera añadido caras conocidas, aunque algo más viejas. Y esa mezcla en el que tenemos a Han Solo, Chewbacca, Leia con Rey, Finn o BB-8 – el mejor de la película sin duda y una demostración del poderío de marketing de Disney – funcionó a la perfección. Los guiños a Star Wars IV fueron bastantes, una manera de darle las gracias a los fans de la primera hora pero también para permitir dar un paso a la nueva generación tanto en la película como de los espectadores que eran aún unos críos cuando se estrenó la segunda trilogía. Para que sepan cuán importante es para muchas personas Star Wars desde hace casi 40 años. También el humor tuvo una gran presencia en la película, quizás un poco demasiado para mi gusto, pero en ningún momento fue mal usado. Tampoco me sorprende que BB-8 haya sido capaz de robar el protagonismo a Rey y Finn, y no es que no me hayan gustado las prestaciones de Daisy Ridley y John Boyega todo lo contrario, y tengo mucha confianza en que serán capaces de llevar el peso de la saga a sus espaldas. Pero esa pelota de fútbol ha sido capaz de tomar el relevo a R2-D2 en cuestión de segundos. Estas Navidades estará presente en muchos árboles como regalo, ese es el efecto Disney sin duda.
La película en sí es bastante similar a Star Wars: A New Hope, en el que los buenos tienen que evitar la destrucción del planeta dónde se encuentra la Resistencia por el Starkill, un Death Star 400 veces más grande. Una fórmula que funciona bien con muchos lugares nuevos que descubrir, y bastantes batallas tanto en tierra como en el aire. La lucha entre la Fuerza y el Lado Oscuro está presente aunque sirve más bien como una introducción, como fue el caso de Luke que ha ido aprendiendo poco a poco. La «pareja» Rey y Finn es bastante buena y prometedora para las otras películas. Una chatarrera que vive en un planeta desértico y que se defiende más o menos bien con naves espaciales (¿os hace pensar a alguien?), y un Stormtrooper que tiene una conciencia y se da cuenta de lo que está haciendo no es lo correcto. El único punto débil que le encontré a la película es el papel de Kylo Ren, el supuestamente nuevo Darth Vader, es decir el malo de la película. No llegó a convencerme del todo que sea capaz de tomar el relevo de uno de los malos más icónicos del cine. Tiene un pasado interesante pero no han sido capaz de usarlo para darle el carisma que se merece el archienemigo de Star Wars. En ese mismo espíritu me decepcionó bastante el rol del Capítan Phasma, sobre todo sabiendo quién interpreta al personaje. A través de los traílers daba la sensación que iba a tener un rol importante o por lo menos clave, y al final no ha sido así. Espero que para los episodios VIII y IX mejoren un poco la historia de los malos. Porque al final el que mayor protagonismo ha tenido es para mi el General Hux, que me ha gustado bastante en el rol de tirano loco que persigue el poder.
Conclusión
Star Wars: El despertar de la Fuerza es sin duda una de las mejores películas del año, y merece ampliamente ir a verla en los cines. J.J. Abrams volvió a los orígenes de la saga, apostando más por paisajes reales y dejar los CGI para lo imprescindible. El primer capítulo de la saga nos sirve como introducción a una nueva aventura pero también de relevo de una generación a otra, con unos guiños que harán sonreír más de una vez. Se echaba mucho de menos a Han Solo, Chewbacca, Leia o Luke Skywalker y su aparición en la película no era solo una cuestión de dejar contento a los más viejos. Treinta años después del final de Star Wars: Retorno del Jedi nos encontramos con un Star Wars que sí dan ganas de volver a ver más de una vez, pero sobre todo que dan ganas de ver cómo será el resto de la aventura con Rey, Finn, Poe y BB-8. Y si de camino se añaden nuevos o antiguos compañeros, bienvenidos sean.