Sinopsis
Una agencia de espías, Kingsman, busca un nuevo candidato para ocupar el puesto vacante de uno de sus miembros, que murió hace 17 años. Harry Hart propone al hijo, Eggsy, de dicho miembro a pesar de su apariencia totalmente opuesta a lo que representa la agencia. Eggsy es un joven brillante pero muy problemático y que no proviene de un barrio de la alta sociedad. Mientras ese último está puesto a pruebas, con otros compañeros, para la plaza vacante, Harry investiga sobre las recientes desapariciones de personas políticas, del entretenimiento y de la realeza orquestadas por el multimillonario Valentine que tiene la intención de cambiar el planeta de una manera poco ortodoxa.
Ficha técnica
Fecha de estreno: 27 de febrero 2015
Duración: 129 minutos
Presupuesto: 81 millones $
Director: Matthew Vaughn
Reparto: Colin Firth (Galahad), Michael Caine (Arthur), Samuel L. Jackson (Valentine), Taron Egerton (Eggsy), Mark Strong (Merlin), Sofia Boutella (Gazelle) 
Un James Bond de los tiempos modernos
Después del éxito mundial de X-Men: Primera Generación, nadie pensaría que Matthew Vaughn dejaría su asiento de director para X-Men: Días del futuro pasado para realizar Kingsman. Sabia decisión por parte del londinense, pero nada fácil de tomar sobre todo cuando su apuesta era bastante arriesgada, aunque fue un acierto. Si Vaughn se dedicó en pasar a las grandes pantallas la película Kingsman: Servicio Secreto, una adaptación del cómic de Mark Millar, es por su amor a las películas de espías de antaño. Cosa que se puede apreciar en la película misma con los diferentes guiños y sobre todo una discusión entre Valentine y Harry sobre dicho género. Un género que estaba algo atascado últimamente y demasiado serio, como son prueba las últimas entregas del espía más conocido del planeta, James Bond. Cierto es que Daniel Craig no logró convencerme en la piel de 007. Y la verdad es que la fórmula usada por Vaughn funciona, y es bastante refrescante. Por una parte tenemos a Harry Hart (aka Galahad) que representa al auténtico gentleman que sabe cómo comportarse y que está siempre vestido de manera elegante. Un espía con clase. Mientras que Eggsy representa a la nueva generación, a esa juventud que no nació con una cuchara de plata como diría el protagonista. Un delincuente sin modales. Todo eso debido a su entorno nocivo, el novio de su madre, que le estancó a pesar de que tenía un futuro brillante. De cierto modo, Eggsy nos permite introducirnos en ese mundo secreto que son los Kingsman y también demostrar que a pesar de ser un don nadie, tiene las mismas posibilidades que los de Oxford o Cambridge.
Uno de los aspectos que hacen que Kingsman sea una película entretenida de ver es su capacidad de mezclar el humor con la acción, y de por lo tanto no atenerse a la seriedad de una película James Bond. Aunque es verdad que hay ciertos aspectos que hacen que pierde cierta realidad, sin ser demasiado nefastos para apreciar la película. El toque de Vaughn se nota especialmente en las escenas de pelea que están grabadas con dinamismo y con planes cercanos que nos mantienen en aliento. Especialmente la escena de la iglesia que a pesar de durar varios minutos no perdió ni un segundo de interés y demostrando que Colin Firth a pesar de sus 54 años parecía tener 20. Un Colin Firth impecable en la película y con una clase insuperable en la piel de Harry Hart. Ya que el protagonista representa uno de los temas centrales de la película: los modales. Incluso en las peleas, Harry no pierde su compostura y sigue demostrando toda la elegancia que representan los Kingsman.
Capítulo 1: Introducción a los Kingsman
Al principio pensé que la película iba a girar únicamente alrededor del personaje de Eggsy, y su entrenamiento «militar» para ser el nuevo Kingsman, pero Vaughn no hizo el error de focalizar toda la atención sobre él y también dejarnos ver qué es un Kingsman, a través de la piel de Harry. Porque seamos sinceros, hubiera sido un poco aburrido si la película se hubiera centrado tan solo en Eggsy, ya que la trama central no podría avanzar lo suficientemente rápido. Sobre todo después de ver a Harry en acción. Kingsman: Servicio Secreto logra exponernos dos tramas al mismo tiempo, la de Harry y la de Eggsy, que se cruzan al final de la película, a modo de conclusión pero también de iniciación para Eggsy en el mundo del espionaje en el que probablemente veremos más aventuras. Porque está claro que todo apunta a que Kingsman: Servicio Secreto era una especie de introducción al universo con la idea de hacer más películas, pero eso no impidió que sea una muy buena película que se puede disfrutar como si fuese un episodio aparte. Espero que sea un éxito mundial para poder ver las nuevas aventuras de los Kingsman, capitaneados por Eggsy, aunque será una lástima verle vestido de traje y corbata. No es por nada que figuraba en mi lista de películas que deseaba ver este año.
Tenía ciertas dudas a la hora de escoger a Samuel L. Jackson para el rol del villano de la película, Valentine, pero debo reconocer que el actor americano ha logrado estar a la altura. Al igual que su guardaespaldas, Gazelle. Como cualquier película de espionaje, todo espía tiene a su villano emblemático, y Valentine cumple esa función a las mil maravillas. Con unas intenciones malvadas algo peculiares y una repulsión extraña a la violencia a pesar de su plan diabólico.
Conclusión
Kingsman: Servicio Secreto es una película imprescindible de ver tanto para el género del espionaje que por ser una película entretenida que mezcla perfectamente acción, clase y humor durante más de dos horas. Las actuaciones de Colin Firth, Samuel L. Jackson y Taron Egerton son más que destacable y nos hacen olvidar las últimas entregas de James Bond, Jason Bourne y compañía. Solo falta por saber si habrá una nueva entrega.